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Aunque trabajos recientes han contribuido a la caracterización de las redes de polinización, no sabemos mucho sobre los procesos que llevan a su ensamblaje. Pensamos que tres ingredientes esenciales contribuyen a la estructura de las redes de polinización: recompensas, barreras y competencia (Rodríguez-Gironés and Santamaría 2010). La mayoría de los polinizadores son animales que buscan recursos (comida, resinas para construir nidos, fragancias…) y sus decisiones de forrajeo estarán destinadas a maximizar su tasa de ingesta. La tasa de ingesta viene determinada por la calidad y cantidad de recursos encontrados (recompensas) y el tiempo y energía que deben invertirse en explotarlos (barreras). En el caso de la polinización, los recursos (en particular el polen y el néctar) disminuyen rápidamente, y por tanto la cantidad de recursos que un polinizador encuentra depende de cómo los otros polinizadores se comportan (competencia).
Nuestro enfoque ha consistido en asumir que los polinizadores son forrajeadores óptimos para predecir qué plantas explotarán. Dado que los rasgos de las flores – sea la calidad y cantidad de recompensa que ofrecen o las barreras que construyen para dificultar el acceso a dichas recompensas – afectan las decisiones de forrajeo de los individuos y, por tanto, los grupos de polinizadores que visitan cada tipo de flor, entender la toma de decisiones de los polinizadores nos ayuda a entender cómo se estructuran las redes de polinización y qué presiones selectivas ejercen los polinizadores sobre los rasgos florales.
Hasta ahora, nuestro trabajo en esta área ha sido puramente teórico. Pero nos gustaría poner la teoría a prueba. Os animamos a verificar nuestras ideas con vuestros sistemas de estudio. Nos encantaría colaborar con vosotros en esta tarea, así que ¡no dejéis de avisarnos si necesitáis un ayudante de campo o si queréis discutir la mejor forma de poner nuestros modelos a prueba con vuestro sistema!